Hermosa laguna


Como siempre me gustaba escaparme de la cabaña de mis abuelos, ¿a donde?, ni ellos lo sabían, por eso se pasaban horas buscándome, pero aun así me alejaba a un lugar hermoso y mágico, bueno eso es lo que creía, para alguien de apenas ocho años, todo era, en cierta parte nuevo y asombroso, por eso me gustaba estar en ese lugar, en lo mas profundo del bosque.

Ya había pasado un año de que encontré ese lugar tan magnifico, entre mis exploraciones solitarias, ya que no me gustaba tener peso extra, lo había visto de lejos y al acercarme me quede tan embobada que no me había movido por lo menos quince minutos de estarlo analizando. Era un gran lago reluciente por los rayos del sol que resplandecían en la superficie, el agua era cristalina, con peces dentro y uno que otro pato nadando, la corriente de viento hacia pequeñas olas en el, y las flores de los arboles flotaban en el, adornándolo mas, era muy hermoso a mi parecer, por eso lo había puesto como mi lugar favorito en todo el mundo y como alma solitaria no le dije a nadie mas sobre ese lugar, me quedaba horas en el y bueno, mis abuelos ya no preocupaban mucho ya que siempre regresaba a tiempo, a pesar de que no sabían a donde me iba todo ese tiempo confiaban en mi, pero por lo que veía, ellos no sabían de la existencia de ese lugar, ya que cuando les había contado del lugar pareciera que en realidad me lo estaba inventando todo ya que a esa edad somos de una gran imaginación, pero sabia lo que había visto, pero me importo muy poco y seguía yendo a ese lago, ahí las horas se pasaban rápido.

Eran tiempos alegres los que pase en ese lugar jugaba, leía, corría, y abecés iba a recuperar mis fuerzas de malos ratos, no siempre fue de color de rosa pero estando en ese lugar me sentía en paz, parecía que era la única en el mundo y solo los cantos de los pájaros, y la brisa me arrullaban. Estando en ese lugar podía decir que era la persona mas feliz del mundo y no me quería ir, por eso con mis grandes habilidades había construido una pequeña casita cerca de uno de los arboles mas grandes cerca del lago, con nueve años y material que le quitaba a mi abuelo, no hice gran cosa pero aun así no me detuve, esa era una de mis cualidades, si algo me proponía lo lograba y no había nada que me lo impedía, siempre buscaba alguna alternativa para seguir adelante.

Sabia que todo lo bueno acababa y bueno, mi infancia era lo que en ese momento estaba por acabar, no me alegraba mucho empezar la secundaria, ya que tenia que estar mas lejos de mis abuelos y en especial mi refugio de tantos años, ahora ya con doce años me marchaba a una ciudad, si, estuve viviendo todo ese tiempo en el bosque con el resto de mi familia, y la primaria la estudie en una que estaba algo cerca y por decir cerca era casi dos kilometro caminando desde mi casa, por eso tenia una rutina algo madrugadora, corría siempre para llegar a tiempo y bueno, mi mamá siempre me decía que era la mas rápida, bueno, que no te diría tu mamá si eres hija única, aunque no le creía, me gustaba comprobar si era cierto por eso abecés hacia competencias con algunos niños que decían que eran los mas rápidos y bueno con eso comprobé lo que mi mamá decía, era la mas rápida de la población, por eso sabia que extrañaría todo lo que estaba dejando, y por lo que había escuchado en la ciudad no había mucha movilización, eso me deprimía mas, mis padres ya habían viajado varias veces a la ciudad por los tramites que debían hacer pero para mi era la primera vez, aun así no me sentía emocionada, pero no decaería ya que los veranos me dejarían venir a estar con mis abuelos y con eso regresar a mi refugio.

Con todo esto en mente iba alejándome del bosque en el carro que mis padres compraron para transportarse en la ciudad, ni aviamos empezado a vivir en ella y ya parecían unos citadinos de años, sabia que no me acostumbraría rápido, aunque digan que los niños se adaptan rápido, eso es mentira, soy una y me esta costando retener mis lagrimas, sabia que no volvería en mucho tiempo y mi casa cerca del lago necesitaba darle mantenimiento, ya que con las lluvias que venían se iba a caer, si, aún viendo como el bosque cada vez se hacia menos frondoso pensaba en ese lugar y con eso algunas lagrimas traicioneras empezaron a salir, pero una voz empezó a cantar, parecían los cantos de esas aves en el lago y con el acompañamiento de esa brisa tan relajante pero esta vez parecía haber una voz entre ellos, por eso dirigí mi vista en dirección a donde estaba el lago y me percate de que podía verlo desde ese lugar, perecía un espejo resplandeciente, eso me había sacado una sonrisa algo melancólica fue entonces que en mi mente empezó de nuevo ese canto, parecía triste pero aun así me alentaba, me hacia sentir reconfortada como todas esas veces en las que iba cuando estaba triste, ahora la laguna había venido a mi, parecía tonto pero así lo sentía, me transmitía la sensación de que me fuera con una sonrisa ya que nos volveríamos a ver, en ese momento la voz de hizo mas audible y me dijo algo que nunca olvidare...., pensé que mi mamá me había hablado pero al voltearla a ver ella estaba atenta al camino, pero al regresar mi vista, ya no estaba la laguna en donde la había visto, eso me sorprendió pero con lo que había pasado ya no sabia si era verdad o mentira, me sentía confundida pero me alegraba tener mi espíritu mas fuerte que cuando habíamos empezado el viaje y así fueron mis últimos minutos en el bosque llenos de alegría, tristeza, pero con mas ganas de regresar.

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